viernes, 9 de octubre de 2020

Una actualización sobre escritura digital móvil

 Es buen momento para hacer una balance sobre el estado actual de la escritura digital móvil, transcurridos 6 años desde la serie de artículos sobre el tema que figuran en este blog.


1. Han pasado cinco años.


¿Han cambiado muchas cosas en estos años? En las formas y modalidades de escritura, nada. Siguen activas las cinco (o seis) modalidades de escritura digital móvil. Muy pocos conectan teclados físicos de 103 teclas por cable o bluetooth, porque impiden la tan preciada movilidad,
  1. Escritura dibujada.
  2. Escritura tecleada pulsada con un único dedo, normalmente el índice.
  3. Escritura tecleada pulsada con ambos pulgares.
  4. Escritura tecleada deslizante, con un dedo, índice o pulgar...
  5. Escritura dictada.
  6. Escritura mediante copiar y pegar.
Lo que ha variado es el equilibrio entre ellas: el dictado por voz se ha desarrollado mucho gracias a las mejoras en el reconocimiento del habla y a la aplicación de diccionarios predictivos que enderezan los errores del dictado. No obstante, este sistema tiene el inconveniente de su publicidad ya que, al ser en voz alta, los de al lado pueden escucharlo; aún así, el pudor de hogaño parece ir desapareciendo ya que la voz baja junto al micrófono funciona bastante bien.

Por otro lado, el juego de pulgares ha desbancado en rapidez a cualquier otra forma de escritura tecleada, incluida la deslizante. Lo practican jóvenes y no tan jóvenes, porque la práctica diaria es la que da soltura con esos dedos que en las generaciones mayores solo se habían usado para sostener y pinzar cosas ─como el bolígrafo─, o pulsar la barra de espaciado del teclado grande. Los más jóvenes los entrenaron en las consolas de videojuegos.

La escritura deslizante es el feliz consuelo del que quiere escribir con presteza con una sola mano y ya casi todos los teclados virtuales ofrecen la opción, activada por defecto o no..

La escritura pulsada con un dedo va siendo minoritaria, como la escritura dibujada, aunque ha mejorado también mucho, gracias al también mejorado reconocimiento de texto, y es la gran desconocida.

Escribir copiando y pegando es nuestro pan de cada día, cada vez más, gracias a la agilidad de la opción de compartir, que se ha generalizado más si cabe en todos tipo de artefactos y sistemas operativos, abriendo la posibilidad del diálogo entre múltiples aplicaciones.

Los fabricantes suelen aportar su propio teclado virtual en los terminales, pero la versatilidad de Gboard, el teclado de Google, ha hecho que se haya impuesto a todos los demás, incluidas las aplicaciones que inventaron prestaciones y técnicas que ahora todos han incorporado, como la escritura deslizante de Swype o las funciones de Swiftkey, ahora gratuito, que fue comprado por Microsoft. Todos los teclados permiten activar un micrófono que habilita el dictado y su conversión en texto, normalmente usando la aplicación Dictado por voz de Google, cuya calidad difícil de batir se basa en los big data acumulados gracias a las consultas del público.

Sin duda es una buena práctica la de disponer de varios teclados y aplicaciones de escritura en el terminal y utilizar el método de entrada ─como se denominan en Android─ que más convenga en cada momento.

2. Un experimento casero de comparación de procedimientos de escritura analógica y digital.


Pongamos un texto escrito con un párrafo de 150 palabras, unas diez líneas, que se ofrece al tiempo para ser escrito mediante diversos procedimientos analógicos y electrónicos, llevados a cabo por el mismo usuario o varios, hábiles en ellos, pero con una pericia normal. Se acepta un margen de error pequeño, no se exige la perfección, pero sí la revisión y corrección de los más gordos. No se puede correr. Medido en tiempo, estos son los resultados redondeados y ordenados de mayor a menor rapidez. En este experimento el escribiente debe mirar el texto para luego poder escribirlo, lo que añade un tiempo extra que la escritura directa se ahorra, ya que el original es el proceso de pensamiento mental.

  1. Leer en silencio el texto escrito: 40 segundos.
  2. Grabarlo en un audio digital: 1 minuto. Y otro tanto escucharlo.
  3. Escribir el texto mediante dictado de voz y su correspondiente reconocimiento: 2 minutos, por las correcciones.
  4. Escribir el texto mediante escritura tecleada pulsando con los dos pulgares en un teclado virtual de móvil:  3 minutos.
  5. Escribir el texto mediante mecanografía a ciegas en un teclado completo de ordenador:  3 a 4 minutos.
  6. Escribir a mano con bolígrafo sobre papel (y que se entienda la letra): 6 minutos.
  7. Escribir el texto mediante escritura tecleada deslizante en un teclado virtual de móvil: 7 minutos.
  8. Escribir tecla a tecla, con un dedo, en un teclado virtual: 8 minutos. 
  9. Escribir el texto mediante escritura electrónica dibujada a mano  con reconocimiento: 11 minutos.

  • Leer es más rápido que escribir y también más rápido que escuchar, por eso preferimos que nos lleguen textos a que lo hagan audios, en lo que a rapidez de comprensión se refiere. El audio tiene otras cualidades, claro está, como la entonación, pero es más lento de comprender.
  • Lo contrario sucede al emitir: preferimos enviar un audio que escribir un texto, es más fácil y rápido, pero tiene el inconveniente de que no se puede corregir, al contrario que el texto, que se puede revisar fácilmente antes de enviarlo.
  • Lo que es mejor para el emisor es peor para el receptor, y viceversa. El dilema clásico que parecía no tener solución.
  • Hay modalidades de escritura digital más rápidas que la manual sobre papel, y otras más lentas, como la tecleada deslizante, la pulsada de un dedo y la dibujada a mano. Sin embargo, estas, consiguen para ciertos usuarios salvar el muro digital, escribir y comunicarse.
  • Para usuarios medios, la mecanografía a ciegas en teclados físicos o con ambos pulgares en los virtuales son formas de escritura digital el doble de rápidas que las autógrafas sobre el papel. Y además generan textos electrónicos estandarizados y perfectamente comparables, sin el problema añadido de la legibilidad de la letra personal.
  • Los métodos de escritura digital más veloces tienen que ver con la creación de audios: crear un audio (y enviarlo) es rapidísimo (1 minuto); su conversión en texto electrónico para que el receptor lo pueda leer en vez de tener que escucharlo, lleva el doble (2 minutos), pero menos que pulsarlo en las teclas virtuales (3 minutos). Mecanografiarlo en ordenador lleva otro tanto o algo más (3 o 4 minutos).
  • Escribirlo sobre el papel lleva 6 veces más que crear el audio y no tiene su movilidad digital. El bolígrafo solo permite anotar la mitad de palabras que la mecanografía, favorece más la memoria pero recolecta menos.
  • Dictar un texto y corregir el reconocimiento es el sistema de escritura más ventajoso tanto para el emisor (2 minutos) como para el receptor (40 segundos).

El antiguo dilema se ha resuelto hoy en gran parte, ya que ahora se dicta un audio pero se envía un texto, que el receptor lee rápidamente en vez de escucharlo.

Otro factor clave es la movilidad: la mecanografía a ciegas es rápida, pero es estática, aunque sea en un portátil. La escritura móvil más rápida son el dictado y los pulgares.

¿En qué técnicas de escritura debemos instruir a los niños? En todas, y desde temprano. La rapidez no lo es todo, pero cuenta, sobre todo si va acompañada de la posibilidad de revisar el texto.

Así están hoy las cosas. En el futuro el dictado y reconocimiento de voz será todavía mejor, sobre todo cuando recoja todos los signos de puntuación y órdenes de corrección.

( ·¿· )

Otras referencias: